El THC es el principio activo más abundante en el cannabis, y además de tener un efecto psicoactivo fuerte, también puede ser útil como producto terapéutico. Muchas de las propiedades medicinales de la marihuana se pueden atribuir a la presencia de este cannabinoide, además de otros como el CBN y el Cbd, de los que hablaremos en próximos posts.
Antes de continuar, nos gustaría recordar que la marihuana no cura ninguna enfermedad, solo sirve para aliviar los síntomas de muchas patologías. A pesar de las historias milagrosas que podáis leer por ahí, conviene aclarar este aspecto, puesto que la seriedad es imprescindible en un tema tan delicado como la salud de las personas.
Qué son los cannabinoides?
Los cannabinoides han sido tradicionalmente considerados como las sustancias responsables de las propiedades psicoactivas de la marihuana medicinal y recreativa, sobre todo al archiconocido THC o delta-9-tetrahidrocannabinol. La razón por la que las personas seamos sensibles a sus efectos es porque existen una serie de receptores en nuestro cuerpo, los receptores cannabinoides CB1 y CBD2.
El sistema formado por estos receptores y los cannabinoides que los activan se llama sistema endocannabinoide. Actúan entre ellos del mismo modo que lo hacen una cerradura y su correspondiente llave. La activación de unos sobre los otros produce cambios dentro de las células que modifican los procesos fisiológicos del cuerpo. Si estos cannabinoides llegan desde el exterior (como el THC al consumir marihuana) también se producen una serie de efectos sobre el metabolismo de las personas.
El sistema cannabinoide endógeno constituye un nuevo sistema de comunicación y regulación celular, del que se van conociendo progresivamente sus diferentes elementos. En cuanto a sus funciones, en general puede decirse que el sistema endocannabinoide desempeña un papel modulador en diferentes procesos fisiológicos: principalmente en el cerebro, aunque también en el sistema inmune y cardiovascular y de forma menos clara, a nivel del metabolismo energético y a nivel endocrino.
La forma de detectar los cannabinoides es compleja, aunque por el momento el método más utilizado por investigadores y bancos de semillas es la cromatografía de gases con espectrometría de masas. A nivel casero, se pueden analizar muestras de cannabis terapéutico con un kit llamado Cannalyse, el cual consiste en una serie de reactivos que estiman de forma cualitativa el contenido de la hierba o hachís analizado, así como determina de forma cuantitativa el contenido en THC (no de los demás cannabinoides).
Qué es el THC y cómo nos afecta?
Es la molécula de nombre químico delta-9-tetrahidrocannabinol, y es responsable de muchos de los efectos analgésicos y psicotrópicos de la marihuana terapéutica. Es uno de los principios activos, que existe como dos isómeros psicomiméticos, de la planta Cannabis sativa.
Esta droga afecta a la memoria, al conocimiento y a la sensibilidad, disminuye la coordinación motora y aumenta el apetito. A grandes rasgos, los consumidores habituales de cannabis le atribuyen estos efectos:
– Hace la piel más sensible debido a su efecto sobre los receptores del dolor.
– Potencia funciones sensoriales como la vista, el oído o la sensibilidad al color.
– Aumenta la libido en hombres y mujeres.
– Afecta a la cognición y la memoria,
– Provoca euforia y sedación (analgésico).
En cualquier caso, una cosa es la percepción personal y otra la ciencia médica. La evidencia científica para una indicación determinada no refleja necesariamente el potencial terapéutico de la marihuana para una enfermedad.
Sugeridos por el buen resultado obtenido en experiencias anecdóticas en pacientes que utilizaban la planta de cannabis, se han llevado a cabo estudios clínicos con cannabinoides aislados y con preparados de la misma planta. El efecto antiemético, estimulante del apetito, relajante, analgésico, y como tratamiento para el Síndrome de Tourette han sido descubiertos de esta forma.
Usos terapéuticos de la marihuana
Esta información está extraída de distintos estudios e investigaciones médicas realizados por organismos de reconocido prestigio internacional. En ningún caso queremos promover el consumo de cannabis. De hecho, emplazamos a cualquier persona a preguntar a su médico antes de tomar ninguna decisión.
Vale la pena recordar, que si la marihuana terapéutica se consume fumada junto con tabaco, sus posibles efectos beneficiosos pueden quedar empañados simplemente por el efecto perjudicial de fumar. Nuestra opinión es que el uso terapéutico de la marihuana debería realizarse siempre con un vaporizador, para no dañar los pulmones del consumidor. Una vez aclarado esto, enumeramos los usos terapéuticos del cannabis:
Náuseas y vómitos. El tratamiento para los efectos secundarios asociados a quimioterapia ha sido una de las indicaciones terapéuticas más documentadas, con alrededor de 40 estudios (con THC, nabilona, y otros análogos al THC), la mayoría de los cuales se llevaron a cabo en los años 80. Algunas investigaciones recientes han demostrado que, a bajas dosis, el THC mejora la eficacia de otros fármacos antieméticos cuando se administran juntos.
Existen pruebas obtenidas a partir de estudios clínicos de que los cannabinoides también son eficaces en las náuseas y vómitos provocados por la radioterapia. En la medicina tradicional los cannabinoides son muy populares y a menudo se han usado para las náuseas provocadas por otras enfermedades, como el SIDA, la hepatitis y el embarazo.
Anorexia y caquexia. Se ha observado una estimulación del apetito como efecto del THC cuando se ha administrado en forma fraccionada una dosis total de 5 mg. al día. Cuando es necesario, la dosis diaria se puede incrementar hasta 20 mg.
En un estudio a largo plazo con 94 pacientes de SIDA el efecto estimulante del apetito del THC continuó durante varios meses, confirmándose los beneficios obtenidos en un estudio corto de 6 semanas de duración. El THC aumentó el apetito al doble en una escala analógica visual en comparación con el placebo y los pacientes tendían a mantener el peso corporal a partir de los siete meses. También se han obtenidos datos satisfactorios en cuanto a ganancia de peso en un estudio con 15 pacientes de Alzheimer que se habían negado a comer.
Espasticidad. En muchos ensayos clínicos con THC, nabilona y cannabis, se observó un efecto beneficioso en cuanto a la espasticidad causada por esclerosis múltiple o lesiones de médula espinal, así como una mejoría del dolor y los temblores. También hay algunas evidencias anecdóticas de beneficio del cannabis terapéutico en la espasticidad causada por lesiones cerebrales.
Síndrome de Tourette. Hay algunos informes acerca del beneficio terapéutico del cannabis medicinal en esta patología. El uso en el síndrome de Tourette se está actualmente empezando a investigar. Mientras muchos pacientes sólo muestran una mínima mejoría, algunos consiguen una respuesta considerable o el control total de los síntomas.
Dolor. Estudios clínicos han probado las propiedades analgésicas de los cannabinoides. Entre las posibles indicaciones están el dolor neurológico de la esclerosis múltiple, el originado tras causar daño al plexo braquial, en la infección por VIH, la artritis reumatoidea, el cáncer, el dolor de cabeza, la dismenorrea, la inflamación crónica intestinal y las neuralgias.
Glaucoma. En 1971, durante una investigación metodológica de los efectos sobre la salud en usuarios de cannabis, se observó que el cannabis reduce la presión incraocular. En los siguientes años se llevaron a cabo más estudios con cannabis y distintos cannabinoides naturales y sintéticos sobre los efectos en el organismo humano así como en pacientes de glaucoma.
Se verificó que el cannabis desciende la presión intraocular en un rango de 25-30%, llegando ocasionalmente hasta un 50%. Algunos cannabinoides no psicoactivos, y en menor medida, algunos constituyentes no cannabinoides de la planta de cáñamo también decrecen la presión intraocular.
Epilepsia. El uso en la epilepsia es también otras de las indicaciones terapéuticas clásicas del cannabis, los experimentos con animales han evidenciado el efecto antiepiléptico de algunos cannabinoides, y la actividad anti convulsionante de la fenitoína y del diacepam se ven potenciados con el THC. Según unos pocos casos recogidos a lo largo del siglo XX, mediante el uso del cannabis, algunos epilépticos han sido capaces de controlar totalmente los síntomas. El cannabis puede ocasionalmente precipitar convulsiones.
Asma. Los experimentos sobre los efectos anti-asmáticos del THC o del cannabis datan principalmente de los años setenta y son todos estudios rigurosos. Los efectos de un cigarro de cannabis (2% de THC) o de THC oral (15 mg) respectivamente, corresponden aproximadamente con el beneficio de un broncodilatador habitual (salbutamol, isoprenalina).
Síndrome de abstinencia. Según casos registrados a lo largo de la historia y en documentos recientes, el cannabis es un buen remedio para combatir el síndrome de abstinencia causado por la dependencia a benzodiacepinas, opiáceos y alcohol. Por esta razón, algunos han hecho referencia a ella como la puerta de salida de las drogas. En este sentido y según los beneficios observados, la marihuana puede ser útil tanto en la reducción de los síntomas físicos, como del estrés que ocurre tras abandonar la droga de abuso.
Síntomas psiquiátricos. Se ha observado una mejoría en el humor en la depresión reactiva en algunos estudios con THC y hay también en otros síntomas y enfermedades psíquicas, como trastornos del sueño, ansiedad, enfermedad bipolar y psicosis esquizofrénica. Según algunos casos clínicos, el THC es eficaz en los trastornos compulsivos graves reacios a un tratamiento convencional. Los cannabinoides también pueden reducir los síntomas del trastorno de estrés postraumático.
Distintos autores han expresado diferentes puntos de vista en cuanto a los síndromes psiquiátricos y el cannabis, mientras unos enfatizan el problema causado por el cannabis otros promueven las posibilidades de la marihuana terapéutica. Muy posiblemente los productos del cannabis pueden ser beneficiosos o peligrosos, dependiendo del caso particular.
Enfermedades autoinmunes, inflamatorias y alérgicas. En una serie de síndromes dolorosos secundarios como la colitis ulcerosa y la artritis, los productos del cannabis pueden actuar no solo como analgésicos sino además con un demostrado efecto anti-inflamatorio. Por ejemplo, algunos pacientes que utilizan cannabis medicinal manifiestan necesitan menos esteroides y otros antiinflamatorios no esteroideos.
Además, hay algunos casos registrados de beneficio en pacientes con diversos trastornos alérgicos que se han automedicado con cannabis medicinal. Aún no está claro el mecanismo por el cual los productos del cannabis benefician determinadas enfermedades auto inmunes.
Aún queda un largo camino en la investigación de los usos terapéuticos de la marihuana. El efecto de la misma es el resultado de la interacción de los cannabinoides que contiene (muchos más aparte del THC) con nuestro sistema cannabinoide endógeno, cosa que implica muchísimas posibilidades de uso terapéutico. Por esta razón, os invitamos a dejar vuestros comentarios en el post para poder compartir experiencias con el equipo de Cactus Martorell. Saludos y muy buenos humos.
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