La marihuana o Cannabis sativa L. es una planta dioica, que en la naturaleza crece con sexos separados, como plantas hembras y plantas machos. En determinadas condiciones pueden aparecer plantas hermafroditas, pero no es lo más habitual.

Para los cultivadores modernos, que producen marihuana para uso lúdico o medicinal, solo interesan las plantas hembras no fecundadas por los machos, esto es lo que se conoce como marihuana sinsemilla. Puedes consultar nuestro post sobre como distinguir una planta de marihuana hembra.

En su ciclo de vida natural, las plantas hembras son polinizadas por plantas macho cuyo polen puede viajar varios kilómetros si las condiciones son adecuadas (baja humedad relativa ambiental, corrientes de aire). Cuando este polen llega a los cogollos llenos de flores hembra, se produce la fecundación, el primer paso para la formación de semillas de marihuana, que permiten perpetuar la especie en las generaciones venideras.

Cultivos de Interior

En condiciones de cultivo artificiales, el objetivo del cultivo de marihuana es obtener cogollos con la máxima cantidad de resina posible,  sin la presencia de semillas, que restan valor comercial a la cosecha. Las plantas de marihuana hembras alcanzan la mayor concentración de resina cuando se encuentran al final de su ciclo de vida y no han sido polinizadas.

Cuando una planta ha sido cultivada hasta su senescencia (el equivalente en las plantas a la vejez animal) sin llegar a ser polinizada, entonces hablamos de marihuana sinsemilla. La formación de resina es una estrategia de las hembras para captar el polen, quedando éste pegado a los pistilos.

Recordemos que la resina es donde se encuentran los cannabinoides y terpenos, los principios activos del cannabis y que además le confieren sus propiedades organolépticas (sabor, olor). Cuando la planta se acerca al final de su vida y todavía no ha sido polinizada, produce mucha resina para tratar de captar algún grano de polen. Por este motivo la mayor concentración de resina se produce en el cannabis sinsemilla. Encontrarás más información y consejos para plantar marihuana de interior en nuestra guía de cultivo de marihuana.

Cultivos de Exterior

En cultivos de exterior, donde existe la posibilidad de que el polen llegue hasta las plantas hembras, es más difícil conseguir una marihuana sinsemilla, sobre todo si en nuestra zona está plantando algún novato que no sabe distinguir machos de hembras. En cultivos de interior, en cambio, resulta muy fácil instalar un filtro de carbón en el intractor para no dejar pasar ningún grano de polen.

Normalmente, la mayoría de variedades dejan de ser fértiles después del primer mes de floración. De aquí en adelante el peligro de que se formen semillas por la llegada de polen es menor. Sin embargo, la planta sigue desarrollando nuevas flores que sí pueden ser polinizadas. A veces, el polen llega de la misma planta, que a modo de supervivencia forma un pequeño número de flores macho para perpetuar la especie.

En cualquier caso un cogollo de calidad, destinado a uso lúdico o medicinal, nunca debería tener semillas. De lo contrario ya no se trata de marihuana sinsemilla, por lo que su valor comercial desciende notablemente. En caso de una polinización y formación de semillas abundante, el material vegetal puede destinarse al extracción de resina por cualquiera de los métodos existentes: Agua y hielo, gas o alcohol.

En próximos post dedicaremos más tiempo a los distintos métodos de extracción con mallas o lavadora para extracción. Si aun tienes dudas sobres los cultivos de exterior visita nuestro post de cuidados de una plantación de marihuana. Hasta entonces, os invitamos a dejar vuestras preguntas y comentarios sobre la marihuana sinsemilla. Una persona del equipo de Cactus Martorell responderá a vuestras dudas lo más rápido posible.

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