El cannabis es una planta milenaria que ha usado la humanidad desde tiempos remotos. Sus múltiples usos la convirtieron en planta indispensable para fabricar cuerdas o tejidos de cañamo. Aparte de su uso práctico también ha sido usada en la vertiente espiritual de las comunidades religiosas, seguramente también, por sus propiedades medicinales conocidas.

Actualmente el cannabis medicinal está siendo investigado tanto en centros de estudios como por personas anónimas que autocultivan experimentando para poder paliar y combatir los síntomas de sus enfermedades. Existen países incluso donde los médicos recetan cannabis que es dispensado en locales específicos para ese uso. Actualmente en España se ha abierto la posibilidad de poder acceder a esta planta a través de las asociaciones cannábicas que tienen cultivos colectivos para sus socios.

Cada vez más gente opta por probar esta planta como remedio y dejar de lado la medicina tradicional pues los intereses económicos han relegado al cannabis a su condición de ilegal. No siempre nos recetan lo mejor ni lo más adecuado, sino los más rentable económicamente para la industria farmacéutica y sus intereses de mercado.

El principal principio activo de la marihuana es el THC (tetrahidrocannabinol) aunque también debamos incluir otros como el CBD o CBN, hay hasta 60 conocidos. Cada uno de ellos afecta de forma diferente al organismo, es por ello que deberemos ser cautelosos a la hora de escoger la variedad medicinal para las enfermedades que deseemos tratar. El THC es de características vigorizantes, eufórico mientras que el CBD es más relajante y sedante.
Se ha demostrado que el cannabis es efectivo en una multitud de dolencias. Incide sobre todo en el dolor y contra las náuseas. Palia los efectos de la quimioterapia en pacientes con cáncer y VIH, aumenta el apetito, detiene los tics en el síndrome de Gilles Tourette, alivia los dolores de origen nervioso, reduce la espasticidad en personas con esclerosis múltiple, reduce la presión del ojo en glaucoma, reduce dolores menstruales, funciona bien para el insomnio, afecta al desarrollo de la enfermedad de Crohn.

Las variedades índicas de cannabis contienen más THC que CBD, mientras que las sativas, contienen más CBD que THC. Cada una de ellas deberá utilizarse con el fin adecuado. Las índicas son recomendadas para estimular el apetito y reducir náuseas. Las sativas para los casos siguientes: dolor, insomnios, glaucoma, asma (por su efecto broncodilatador…).

El mercado actualmente nos ofrece un sinfin de Variedades índicas (reducir náusesas y estimular apetito) es recomendado buscar una variedad con alta concentración de THC y al poder ser que sea 100% Indica. Alguna de estas variedades son las clásicas Kush, Afghani, o nombres comerciales como LA Confidential, Tnt Kush o Green Poison.

Las variedades sativas (dolor, sedante, broncodilatador, reducir presión en glaucoma…) han de ser con la mayor concentración de CBD (sedante y relajante, cerebral), Cannatonic, 2046, o las nuevas variedades de Dutch Passion con alto contenido de CBD son las mas recomendables para esos usos medicinales.

Esperamos haber resuelto alguna de vuestras dudas. Si queréis más información no dudéis en hacer comentarios, estaremos encantados de poder ayudaros.