Una de las tendencias actuales en el cultivo interior es el uso de fibra de coco para marihuana como sustrato. La dificultad de cultivar en coco se sitúa a medio camino entre el cultivo en tierra (más fácil) y el cultivo en hidroponia (más difícil). En este post vamos a explicar como cultivar con éxito y conseguir una cosecha de calidad.

La fibra de coco no es más que la capa exterior de los cocos, y está formada por fibras de tamaño grueso y otras más pequeñas que parecen polvo. El proceso industrial para conseguir la fibra de coco consiste en lavar estos materiales para extraer sus fibras y el polvo, que es el que en realidad se usa para cultivar.

Se trata de un subproducto de la industria del coco, por lo que cultivar en este sustrato resulta mucho más ecológico que hacerlo en tierra (sustratos a base de turbas). Esta turba se extrae de suelos que acaban condenados a la erosión. Por tanto, cuando cultivas con coco, ayudas a conservar el medio ambiente 🙂

Características de un buen sustrato de coco

Para que una fibra de coco sea apta para el cultivo debe ser lavada con agua lo más pura posible. En un principio se lavaba con agua marina en las mismas plantas de procesado de coco, por lo que el sustrato contenía altos niveles de sodio y cloro. Estos dos elementos son perjudiciales para las plantas, de manera que un coco de calidad siempre habrá sido lavado con agua dulce!

Otras de las claves para que el coco funcione bien es que haya pasado por un proceso de descomposición lo suficientemente largo. De lo contrario, los microorganismos que contiene absorberán el nitrógeno suministrado por el cultivador, y las plantas mostrarán carencias de este elemento ya desde los primeros estadios de desarrollo.

La tercera característica de una buena fibra de coco para marihuana es que haya sido tratada con un amortiguador o buffer. El coco tiene una gran capacidad para retener nutrientes, en especial calcio y hierro, por lo que se debe tratar con un buffer que contenga esos elementos antes de plantar o de lo contrario los absorberá de la solución nutriente. Normalmente esto se hace en la propia fábrica de sustrato.

Si cumple estos tres requisitos, la fibra de coco resulta un sustrato ideal para el desarrollo del cannabis. Con su excelente relación agua/aire, permite el uso de sistema de riego por goteo sin saturarse de agua. La gran oxigenación que ofrece a las raíces provoca un crecimiento explosivo de las mismas.

La clave del éxito es usar una gama de fertilizantes con las proporciones de nutrientes adecuadas al comportamiento del coco. normalmente estos nutrientes contienen algo más de nitrógeno y calcio que los fertilizantes para tierra.

En los últimos años se ha multiplicado la venta de fibra de coco para hidroponia y existen varios tipos de producto: desde partículas finísimas para plantel y esquejes, que retienen muy bien la humedad; hasta slabs fabricados con fibras más gruesas que facilitan la oxigenación de las raíces.  Podemos encontrar fibra de coco en estos formatos:

• Ladrillo deshidratado. Se mezcla con una cantidad determinada de agua para crear el sustrato de cultivo, tiene la ventaja de ser más fácil de transportar. Al estar deshidratado y ocupar un volumen menor, es bastante más discreto de mover.
• Slab. Bolsas de cultivo, normalmente de 1 metro de longitud y 15 litros de volumen, sobre las que se plantan directamente los esquejes. Facilitan la labor de trasplante ya que no hay rellenar macetas. Normalmente los slabs se sitúan sobre bandejas de cultivo para regar con goteros.
• Sacos. En este caso el sustrato ya está listo para usar. Basta con rellenar las macetas y realizar el trasplante. Aunque da algo más de trabajo, permite cultivar plantas de marihuana más grandes.

Consejos para cultivar marihuana en coco

1. Escoge un sustrato de coco de calidad. En nuestra tienda puedes encontrar las marcas de referencia en el mercado cannábico, como CANNA, Atami y UGRO. Recuerda que el coco debe lavarse, compostarse y amortiguarse en fábrica antes de ser vendido al público, y eso tiene un coste. Si compras barato, al final te puede salir caro!

2. Utiliza una gama de nutrientes específicos para el sustrato de coco, preferiblemente de la misma marca que fabrique el sustrato. De esta manera te aseguras de que las plantas tendrán el aporte de todos los macro y micro nutrientes en las proporciones adecuadas.

3.  Elige el tipo de fibra de coco adecuada para cada fase de cultivo. No es lo mismo germinar semillas que cultivar plantas madre de gran tamaño. El tamaño de las fibras de coco varía en función del tipo de planta que se cultiva.

4. Añade microorganismos beneficiosos en el trasplante para que el coco funcione como un organismo vivo. Puedes añadir productos a base de trichodermas para mejorar la absorción de agua y nutrientes. También protegerás las raíces de tus plantas de posibles infecciones por patógenos.

5. Comprueba el pH cuando el que coco lleve más de dos meses en uso. Este el caso de plantas madre y cultivo al estilo californiano (con plantas de gran tamaño), que dura hasta 4 meses. Para medir estos parámetros mezcla varias muestras de sustrato con agua destilada en proporción 1:1. Déjalo reposar la mezcla una horas y pásala por un filtro de café antes de medir. El pH debería estar entre 5,5 y 6, de lo contrario pronto aparecerán bloqueos de nutrientes.

6. Pon a compostar el coco una vez finalizado el cultivo, no lo tires a la basura. Puede ser un  excelente sustrato para tus plantas de exterior una vez hayas terminado con el indoor. De esta forma estarás ayudando a conservar los suelos de donde se extrae la turba, una materia orgánica no renovable.

Con este último eco-consejo nos despedimos de vosotros hasta el próximo post, en el que explicaremos algunos trucos para el cultivo en lana de roca.

Saludos!